La Institutriz una mujer sin mucha experiencia, acudió a visitar al tutor de dos niños a Londres. El hombre, joven, intrépido y alegre, es el único pariente vivo de los niños, que viven en el campo con un ama de llaves. Habían tenido una institutriz pero esta se marchó. El chico va al colegio, pero también está su hermana y están por comenzar las vacaciones. Esa será su tarea con una sola condición: él está demasiado atareado con viajes, negocios y amigos, por lo que no desea ser molestado por problemas con los niños. Una vez en Bly, la antigua casona de campo en las afueras de Londres, es recibida cálidamente por la sra. Grose y los niños, Miles y Flora. Pero también la espera una carta con las noticias de que Miles ha sido expulsado del colegio. Pronto la atmósfera se comenzará a enrarecer: la Institutriz ve una figura masculina en una torre cercana durante uno de sus paseos y al describirla a la Sra. Grose deduce que se trata del fantasma de un antiguo mayordomo: Quint. La siguiente vez que el fantasma aparece la Institutriz intenta acercarse, pero Quint desaparece. Al explicarlo a la Sra. Grose, ésta le confiesa que el antiguo mayordomo y la antigua institutriz, Miss Jessel, murieron en un accidente pero tienen embrujados a los dos niños, sobre todo a Miles, con quien teme Quint se haya tomado ciertas libertades. La presencia de los fantasmas se hace más contínua e inquietante, con lo que la Institutriz decide escribir una carta al tío, pese a las órdenes recibidas. El fantasma de Quint pide a Miles que robe la carta. Al confrontarlo la Institutriz, Quint baja de la torre y le prohíbe al niño que lo explique acercándose a Miles. El niño se abraza a la Institutriz y cae muerto.
