Bradamante, disfrazada de su hermano Ricciardo, y su tutor Melisso ha naufragado y caido a tierra firme mientras buscaban a su amante Ruggiero. Conocen a Morgana, la hermana de Alcina, que se enamora del Bradamante disfrazada y promete llevarlos a Alcina. Con un trueno el cerro se separa y Alcina se revela, rodeada de su corte, entre ellos Ruggiero y un joven llamado Oberto. Recibe amablemente a los viajeros y le dice a Ruggiero que les muestre las vistas de la isla. Bradamante se enfrenta a Ruggiero, quien la reconoce como Ricciardo pero niega cualquier interés en la hermana de Ricciardo: es el fiel amante de Alcina. Sale corriendo a buscarla y Oberto pregunta a los viajeros si han visto a su padre Astolfo. Ellos también habían sido arrojados a tierra por una tormenta, pero su padre, después de la bienvenida de Alcina, ha desaparecido. Bradamante sospecha que Astolfo se ha convertido en una bestia salvaje, como las otras víctimas de Alcina. Oronte, el comandante en jefe de Alcina, sospechando con razón la constancia de Morgana, a quien ama, acusa a Bradamante de haberle robado el amor de Morgana. Morgana defiende a Bradamante e insulta a Oronte. Bradamante intenta calmar sus recriminaciones mutuas. Oronte, al encontrarse con Ruggiero -que suspira por la ausencia de Alcina-, decide aliviar sus propios celos poniendo también celoso a Ruggiero, e inventa un cuento de que Alcina ahora ama a "Ricciardo" y sin duda pronto agregará a Ruggiero a su colección de descartados y transformados amantes. Ruggiero le cree y amontona reproches a la perpleja Alcina, quien le asegura que sus sentimientos no han cambiado. Bradamante acusa a Ruggiero de deslealtad, pero él responde con desafío, acusándola, como Ricciardo, de haber robado el amor de Alcina. Bradamante revela su identidad, pero Melisso, preocupado de que Ruggiero aún no esté listo para esta información, lo convence de que ella no es realmente Bradamante. Morgana advierte a Bradamante que Ruggiero ha persuadido a Alcina para que la convierta en una bestia salvaje, por lo que Bradamante le dice a Morgana que le asegure a Ruggiero que no ama a Alcina, sino a otra. Morgana se marcha feliz, pensando que ella es la otra. Alcina lamenta los celos de Ruggiero, esperando que su amor pronto sea tan tranquilo como antes.
Melisso, disfrazado de Atlante, el tutor de Ruggiero, le reprocha haber abandonado el camino de la gloria y le entrega un anillo mágico que lo devuelve a sus sentidos. Ruggiero lamenta su infidelidad a Bradamante y desea enviar un mensaje de desafío a Alcina, pero Melisso le aconseja que finja que todavía la ama y se escape con el pretexto de ir a cazar. Bradamante vuelve a revelar su identidad, solo para que Ruggiero rechace esta revelación como otro de los engaños de Alcina.
Alcina se prepara para convertir a Ricciardo en una bestia salvaje para apaciguar a Ruggiero, mientras Morgana intenta disuadirla y Ruggiero le asegura que ya no está celoso, por lo que ya no son necesarias medidas drásticas. Alcina se da cuenta de que Ruggiero no está en su estado de ánimo habitual y sugiere una cacería como reconstituyente. Ella consiente y él se marcha. Oberto sigue lamentando la desaparición de su padre y Alcina levanta falsamente sus esperanzas de un pronto reencuentro. Oronte trae la noticia de que Ruggiero planea huir y Alcina se prepara para frustrar este plan. Oronte le dice a Morgana que su nuevo amor está a punto de dejarla, pero ella se niega a creerlo y se marcha con desdén, dejándolo lamentando su poder sobre él. Ruggiero finalmente está convencido de que Bradamante es realmente ella misma. Morgana los descubre abrazados y, aparentemente tomando con calma la revelación de que Bradamante es una mujer, le reprocha ser una invitada infiel y Ruggiero por traicionar a Alcina. Ruggiero espera con ansias el final de los encantamientos. Alcina comienza a hacer hechizos para unir a Ruggiero, pero se desanima.
Morgana intenta congraciarse con Oronte, quien finge indiferencia, pero tiene que admitirse a sí mismo que todavía la ama. Alcina reprende a Ruggiero por intentar dejarla. Él le dice que su prometido Bradamante ahora tiene su amor, y ella amenaza con vengarse, aunque es incapaz de borrar sus tiernos sentimientos por él. Bradamante y Melisso se unen a Ruggiero para planificar su campaña. Melisso les dice que la isla está rodeada por los monstruos encantados de Alcina y le aconseja a Ruggiero que tome el escudo gorgoniano y el caballo alado (elementos no mencionados anteriormente) para ayudarlo en la refriega. Aunque preocupado por dejar a su amada, Ruggiero se pone en marcha, seguido de Melisso y Bradamante, que jura liberar a los que yacen bajo el encantamiento. Oronte anuncia a Alcina la completa derrota de sus fuerzas y ella lamenta su cruel destino.
Alcina intenta hacer que Oberto mate a un león, pero se da cuenta de que es su padre y amenaza con volver la lanza hacia ella. Ruggiero y Bradmante se enfrentan a Alcina, cada uno aconsejándose al otro que no se deje engañar por sus engaños. Intenta suplicar y amenazar en vano. Ruggiero devuelve la espada de Oronte derrotado y luego rompe la urna que contiene el poder secreto de Alcina. Todos sus hechizos se rompen y las rocas, árboles y animales, incluido Astolfo, el padre de Oberto, retoman sus formas humanas. Se regocijan de su libertad y todos celebran el triunfo del amor.