En París, en el foyer de la Comédie-Française donde Michonet, un director de escena, está terriblemente ocupado. Ama a Adriana, pero no se declara, porque ella también tiene un amor, un admirador secreto. El Príncipe de Bouillion, uno de los dueños del teatro, ha encontrado una carta dirigida a Maurizio, Conde di Sassonia, que cree es de la amante del Príncipe, la actriz Duclos, haciendo una cita esa noche en su casa. El Príncipe resuelve arreglar una fiesta en la casa, esperando sorprender a la pareja culpable. La carta fue en realidad escrita por la Princesa de Bouillon, quien esa noche en la villa que ocupa La Duclos espera efectivamente a Maurizio. Finalmente él la alcanza, su antiguo amante, que está al tanto de lo que está pasando. El Príncipe y su amigo el Abate llegan, y la Princesa se esconde dejando a Maurizio lidiar con la situación que se complica aún más con la llegada de Adriana, a quien en realidad él ama, aunque ella no sabe su identidad real. Finalmente, la Princesa logra escapar pero en el camino pierde su brazalete. Tiempo después, en una fiesta, el enfrentamiento de la Princesa y Adriana por el amor de Maurizio se hace patente y la actriz insulta a la Princesa recitando una pieza teatral con un claro contenido ofensivo para ella. Finalmente, en el día de su cumpleaños, Adriana recibe un ramo de violetas que alguna vez le había dado a Maurizio y que él se vio obligado a regalar, diplomáticamente, a la Princesa. Las flores fueron envenenadas por la noble, y Maurizio llega justo para declarar su verdadero amor a Adriana y verla finalmente morir.