Dos dandis parisinos, Bobinet y Gardefeu, esperan por el tren desde Rambouillet en la Gare d’Oeust, en París. Ambos están enamorados de la demi-mondaine Métella, pero ella llega con un tercer hombre y pretende no reconocer a ninguno de sus amantes previos. Su rechazo une a los viejos amigos que juran buscar mujeres de mejor clase. Gardefeu se encuentra con su antiguo sirviente, Joseph, ahora convertido en guía turística. Joseph revela que espera a un barón sueco y su mujer, para mostrarles París. Gardefeu le ofrece dinero para tomar su lugar. El Barón y la Baronesa de Gondremarck llegan y Gardefeu promete mostrarles todo lo que quieran ver de la capital francesa. Gardefeu los lleva a su casa, pretendiendo que están en un anexo del hotel, esperando poder sacarse de encima al Barón para prestar atención más personalizada a la Baronesa. Bobinet propone hacer una fiesta para los suecos en la mansión de su tía a la siguiente noche. Cuando Métella llega buscando una reconciliación con Gardefeu, termina ofreciendo entretener al barón en unos días. Frick y Gabrielle, el fabricante de guantes y el de botas de Gardefeu, respectivamente, se hacen pasar por un alcalde y una viuda de guerra huéspedes del hotel para la cena. En la fiesta a la noche siguiente los sirvientes de Bobinet se hacen pasar por aristócratas. El Barón Gonremarck llega y es distraído por “Madame l’amirale”, que en realidad es Pauline, una de las mucamas. Todos festejan y se emborrachan. Al día siguiente el barón se encuentra con Métella y asisten a una fiesta de disfraces ofrecida por un millonario Brasilero en un restaurante. El Barón ya sospecha de que algo raro está pasando y Métella le pide que sea paciente. Ella no va a entretenerlo, porque está enamorada de alguien más, pero trajo una amiga para él. El barón se enfurece al descubrir que su amante es en realidad Gardefeu. Su furia sólo es contenida por la aparición de la Baronesa, y todos brindan por París.
