Jason y Médée, perseguidos por el pueblo de Tesalia a causa de los crímenes de Médée, han buscado refugio en Corinto. Médée está preocupada de que Jason se esté alejando de ella. Jason afirma que necesita ganarse el favor de la princesa Créuse para que su cariñoso padre, el rey Créon, los proteja. Sugiere que Médée le dé a Créuse una hermosa túnica como regalo. Después de que Médée se va, Jason le confiesa que está realmente enamorado de Créuse pero teme la reacción de Médée. Créuse debe casarse con Oronte, príncipe de Argos, que ahora llega a Corinto con su ejército. Sin embargo, el rey Créon le dice a Jason que lo preferiría como yerno. Jason lidera el ejército combinado de Corinto y Argive a la victoria contra los tesalios.
Créon le dice a Médée que no la entregará a sus enemigos, pero que debe abandonar Corinto. Jason y sus hijos con ella se quedarán. Médée protesta diciendo que solo cometió esos crímenes por amor a Jason, pero Créon responde que el pueblo de Corinto quiere que se vaya. Médée entrega a sus hijos a Créuse. Créuse le confiesa su amor a Jason.
Oronte le promete a Médée refugio en Argos si puede arreglar un matrimonio entre él y Créuse. Ella le dice que la única razón por la que está siendo desterrada es para que Jason pueda casarse con Créuse. Deben unir fuerzas para evitar que esto suceda. Jason le suplica a Médée que solo está actuando en el mejor interés de sus hijos. Dejada sola, Médée recurre a la brujería e invoca demonios del inframundo que le traen una túnica envenenada para Créuse.
Jason admira la belleza de la túnica nueva de Créuse. Oronte finalmente se da cuenta de que lo que Médée había dicho es cierto: Créuse se casará con Jason, no con él. Médée jura que Créuse nunca será la novia de Jason. Créon llega y se enoja porque Médée aún no ha salido de Corinto. Él ordena a sus guardias que la capturen, pero ella evoca espíritus de hermosas mujeres que seducen a los guardias. Luego usa sus poderes mágicos para volver loco al rey.
Médée se regocija por su éxito y planea llevar su venganza al extremo asesinando a sus propios hijos por parte de Jason. Créuse le ruega que perdone a Corinth, incluso comprometiéndose a renunciar a su boda con Jason si lo hace. Llegan noticias de la locura y muerte de Créon. Médée toca la túnica envenenada de Créuse con su varita y estalla en llamas. Créuse muere en los brazos de Jason. Jason jura vengarse de Médée, quien ahora aparece en un carro volador tirado por dragones para anunciar que ha apuñalado a sus hijos. Ella se va cuando el palacio de Corinto estalla en llamas.