Daland, un marino mercante noruego, se ve obligado a refugiarse en un fiordo debido a una terrible tempestad. Mientras esperan que esta pase, atraca junto a ellos un misterioso barco del que desciende el Holandés, traban conversación y, tras contarle su triste historia, éste último le pide la mano de su hija y si ella acepta, lo colmará de riquezas. Daland está encantado con la idea y los barcos zarpan. La hija de Daland, Senta, teje junto a su familia y vecinas. En la charla que mantienen sale el tema del Holandés de manera casual y ella comenta que no le importaría renunciar a todo para salvarlo. Cuando llega su padre con el misterioso marinero, la pareja se enamora y el Holandés ve cercano el final de su maldición. De todos modos aparece Eric, con quien Senta se había comprometido previamente. Mientras el pueblo celebra la llegada de la tripulación del barco sana y salva de la tempestad entonando canciones festivas, la tripulación fantasmal del barco del holandés que está al lado, canta melodías escalofriantes sobre la muerte, el destino y la maldición; entonces, los paisanos huyen asustados. El Holandés escucha una conversación entre Erik y Senta y piensa que ésta lo ha traicionado por lo que, hundido, huye en su barco por otros siete años más. Senta que se da cuenta que el Holandés se va, se arroja al mar desde un acantilado y muere. Cuando esto sucede, el barco del holandés se hunde y los cuerpos de los dos enamorados se elevan transfigurados una vez superada la maldición por el fiel amor de Senta, materializado con su muerte.