Falstaff está bebiendo en la taberna de la Jarretera. Entra el doctor Cajus y se queja ante Bardolfo, secuaz de Falstaff, de que este ha irrumpido en su casa y golpeado a sus sirvientes, y que el propio Bardolfo y Pistola le han emborrachado y robado. Falstaff no se disculpa y por todo ello, le dice que busque una compañía más sobria. Falstaff no tiene dinero ni para pagar la cuenta de la taberna, así que decide emprender una intriga amorosa con dos alegres mujeres de Windsor, Alice Ford y Meg Page, que piensa lo aceptarían fácilmente, y pide a sus secuaces que les lleven unas cartas solicitando entrevista. En el jardín de la casa de los Ford, están reunidas más tarde Meg Page, Alice Ford, la señora Quickly y Nanetta, la hija de Alice. Viendo las notas que han recibido Meg y Alice se dan cuenta que ambas están siendo abordadas por Falstaff de igual manera. El hecho las divierte, a la vez que las indigna y deciden burlarse de él. Ford por su lado es puesto al tanto de la situación por Bardolfo y Pistola, que no aceptan el deshonor de la intriga de Falstaff, y decide tomar cartas en el asunto, junto con el Dr. Cajus, mientras Fenton, el pretendiente de Nanetta, trata de acercarse a ella. Nuevamente en la taberna, Bardolfo y Pistola se presentan ante Falstaff, pidiendo disculpas por haberse ofendido y haberlo enfadado. Cuando estos se marchan, entra la señora Quickly para decirle que ambas mujeres están dispuestas a recibirlo, y concreta cita con Alice entre las dos y las tres de la tarde, cuando su marido sale. Despedida la señora Quickly, Bardolfo anuncia otra visita: el señor Fontana, que no es otro que el propio Ford, pidiendo ayuda a Falstaff para acercarse a Alice. Aduce haberlo intentado y fracasado, y ofrece dinero a Falstaff por su ayuda, pidiéndole que primero quebrante la virtud de la dama, y luego le será más facil hacerlo a él mismo. Falstaff se vanagloria entonces de ya tener la cita con Alice. Las mujeres han preparado todo para los acontecimientos. Sin embargo, Nanetta está triste porque su padre pretende casarla no con su amado Fenton, si no con el anciano doctor Cajus. Las señoras le dicen que no se preocupe, que ellas van a arreglar el asunto. Las mujeres se esconden para la llegada de Falstaff. Alice toca el laud. Falstaff llega, comienza a cortejarla cantando, y de pronto aparece Quickly diciendo que Meg necesita hablar con ella. Falstaff es escondido apresuradamente tras un biombo y Meg advierte a Alice que su esposo se acerca. Aparece Ford muy enojado, con Cajus y Fenton, Bardolfo y Pistola; acusan a su esposa y empiezan a registrar la casa, vaciando el cesto de ropa sucia para ver si hay alguien escondido dentro de él. Después, Falstaff sale de detrás del biombo, encuentra sola a Meg y le dice a ella que la ama, pidiéndole que lo salve de la situación. Entonces Meg y la señora Quickly meten a Falstaff en el cesto de la ropa, y lo rellenan de ropa sucia. Ford entra, escucha el chasquido de besos detrás del biombo, y descubre a Fenton y su hija, Nanetta, que se habían escondido allí buscando un momento de soledad. Ford está aún más furioso, y continúa su búsqueda. Alice ordena a los sirvientes que tiren el cesto de ropa sucia por la ventana, y riendo a carcajadas, muestra a Ford y al grupo que la acompaña el magnífico espectáculo de Falstaf en las aguas del Támesis.
En la taberna, nuevamente, Falstaff gruñe contra el posadero, aún no repuesto del susto. Llega nuevamente la señora Quickly, con un mensaje de disculpas de Alice, y citándolo en el Roble de Herne, en el bosque de Windsor, para esa noche, donde debe ir disfrazado de Cazador Negro. Todo es parte de un plan, esta vez de hombres y mujeres conjuntos. Pero en medio de la broma para Falstaff, Ford prepara que el dr. Cajus se convierta en su yerno, mientras Alice prepara engañar a su marido, logrando que Fenton lo sea. Esa noche, todos disfrazados, logran petrificar a Falstaff por hadas, elfos y demás espíritus aparecidos, que en realidad son amigos de Alice, Bardolfo, Pistola, Ford y Cajus, conducidos por Nanetta, disfrazada de Reina de las Hadas. Pero finalmente, reconoce a Bardolfo por su nariz roja, y la broma termina. Ford sugiere celebrar el casamiento formal de una pareja de enamorados: el monje negro (el dr. Cajus disfrazado) y la Reina de las Hadas, y Alice propone que se una a este matrimonio otra pareja, también enamorada, también enmascarada. Cuando las dos parejas se quitan las máscaras, se ve que una de ellas es la de Cajus con Bardolfo, y la otra Fenton con Nanetta, para el asombro tanto de Ford como de Cajus. Ford sin embargo perdona a su mujer y a los jóvenes amantes, porque después de todo, “tutto nel mondo e burla”.