Una región ribereña, pantanosa, cerca de la ciudad de Banat en la provincia de Temeşvar.
La escena a lo lejos se ve dominada por un castillo en ruinas. En primer plano se ve un pueblo en parte desierto con sólo una casa que parece razonablemente próspera. En una cabaña particularmente cochambrosa vive una anciana gitana llamada Czipra. Se oye a los barqueros en su trabajo. Ottokár, hijo de Mirabella que es aya de Arsena (hija de un miserable viejo granjero Zsupán) está buscando un tesoro que él cree seriamente que está escondido en algún lugar de los alrededores. Esta es su rutina diaria, y cuando más mira sin éxito, más empeora su carácter. Czipra mira por la ventana y se burla de sus esfuerzos. Lo ha estado mirando durante semanas y tiene una baja opinión de esta forma de desperdiciar el tiempo mientras otros gitanos están haciendo el trabajo diario "honesto". Le dice que si sigue en esta búsqueda infructuosa, acabará sin dinero y nunca se casará, como espera, con la bella Arsena.
Sándor Barinkay, hija del último propietario del castillo, llega acompañado del conde Carnero, comisionado de juramentos, quien está allí para facilitarle las cosas. El comisionado le sugiere que siga adelante con el trabajo y llame a Czipra como testigo. Mandan buscar a Zsupán. Mientras tanto, le habla a Barinkay de la bella Arsena. Para pasar el tiempo Czipra les lee el futuro y revela a Sándor Barinkay que le aguardan felicidad y fortuna. Se casará con una esposa fiel quien, en un sueño, descubrirá el tesoro escondido. También a Cernero le dicen que recobrará un tesoro que ha perdido, lo que le deja un poco sorprendido ya que no recuerda haber tenido ninguno.
Zsupán llega y dice a todo el mundo que es un criador de cerdos muy exitoso añadiendo que vive para las salchichas y el vino y tiene poco tiempo para el arte. Se muestra conforme en ser testigo de las pretensiones de Barinkay pero le advierte que puede ser un vecino discutidor. sugiere que él podría casarse con la hija de Zsupán y mandan llamar a Arsena. Pero es Mirabella, el aya, la primera que aparece. Parece que es la esposa de Carnero', largo tiempo perdida, de manera que parte de la predicción de Czipra se cumple de forma inmediata. Carnero se muestra poco contento y se celebra un reencuentro más bien triste. Mirabella dice que ella creía que su marido había muerto en la batalla de Belgrado.
Llega Arsena, con un velo espeso, pero aunque el coro saluda a la novia elegida, ella no es nada cooperadora. Está enamorada de Ottokár. Barinkay hace su proposición pero Arsena le dice que ella desciende de la aristocracia y que sólo se puede casar con alguien de noble cuna. Zsupán y los otros le dicen a Barinkay que él debe hacer algo sobre esto. Se queda melancólico pero oye a una muchacha gitana cantando una canción que alaba la lealtad de los gitanos para con sus amigos. Es Saffi, hija de Czipra, y Barinkay se siente inmediatamente atraído por su belleza morena y acepta una invitación a comer con ella y Czipra. Sin ser consciente de que el resto está mirando, Ottokár se encuentra con Arsena y se juran amor eterno. Le da un medallón, momento en el cual Barinkay pretende estar de lo más indignado. Los gitanos vuelven de sus faenas y Czipra presenta a Barinkay como su nuevo caballero local. Lo eligen jefe de los gitanos. Ahora confirmado como un barón gitano, llama a Zsupán y afirma su derecho noble a la mano de Arsena. Zsupán no queda en absoluto impresionado. Saffi da la bienvenida a que Barinkay haya recobrado su herencia. Siempre oportunista, Barinkay dice ahora que preferiría casarse con Saffi que está encantada con sus amigos gitanos. Zsupán y Arsena están ahora bastante indignados ante este giro de los acontecimientos y amenazan con represalias.
Al amanecer del día siguiente, en el castillo, Czipra revela a Barinkay que Saffi ha soñado con la ubicación del tesoro. Empiezan a buscarlo y lo encuentran escondido, tal como ella soñó, debajo de una roca cercana. Mientras se marchan, los gitanos se levantan para comenzar su trabajo del día. Aparece Zsupán y les dice que su carreta se ha quedado atascada en el lodo. Ordena a los gitanos que vengan a ayudarlo. No les gusta su orden y le roban el reloj y el dinero. Sus gritos atraen a Carnero, Mirabella, Ottokár y Arsena a la escena, seguidos por Barinkay, ahora vestido como un barón gitano, y Saffi. Barinkay presenta a Saffi como su esposa, pero Carnero considera que no se han cumplido todos los requisitos legales. Le dicen que las estrellas los han guiado y que los pájaros han sido testigos de sus votos. Esto no es lo que la ley exige y Mirabella y Zsupán adoptan un tono altamente moral sobre todo el asunto. En este punto Ottokár descubre unas pocas monedas de oro que Barinkay ha dejado detrás y está muy excitado. Barinkay pronto lo desilusiona diciéndole que el testoro ya ha sido encontrado. En este momento, un grupo de reclutamiento llega al mando de un viejo amigo de Barinkay, el condePeter Homonay. Busca reclutas para una lucha en la guerra contra España. Zsupán y Ottokár son reclutados a la fuerza. Carnero llama a Homonay para que de su apoyo oficial sobre la ilegalidad del matrimonio entre Barinkay y Saffi, pero Homonay apoya a Barinkay. Pero surgen nuevas complicaciones. Czipra les dice que Saffi no es realmente su hija, sino del último pachá de Hungría, una auténtica princesa. Barinkay de nuevo queda desilusionado, dándose cuenta de que no puede casarse con nadie de tan alto rango, aunque Saffi dice que ella siempre lo amará. Barinkay decide unirse también a los húsares y los hombres se alejan marchando dejando detrás tres damas con el corazón roto.
En Viena, todo el mundo celebra una batalla victoriosa. Aparece Zsupán y habla de sus propias hazañas, nada gloriosas, en España. Homonay, Barinkay y Ottokár revelan que son los héroes de la batalla y les han ennoblecido de verdad. Ahora no habrá objeción alguna al matrimonio entre Saffi y Barinkay o el de Ottokár y Arsena.