En la plaza del Mercado de un puerto al sur de Italia. Giuditta está cansada con Manuele, considerablemente mayor que ella, y está aburrida de ese matrimonio. Ha heredado el temperamento fogoso de su madre, que alguna vez fuera una bailarina célebre. Giuditta querría liberarse de ese matrimonio. Conoce a Octavio y es amor a primera vista para ambos. Cuando Giuditta se entera que Octavio es destinado a Africa del Norte, al país natal de su madre, deja a su esposo y toma el siguiente barco a Libya junto a Octavio. Una vez en Libya, Giuditta y Octavio disfrutan de la vida a pleno en una villa junto al mar. Sin embargo, la vida feliz se ve interrumpida cuando Octavio recibe órdenes de ponerse en marcha. Giuitta intenta detenerlo y lo amenaza diciendo que no lo esperará si decide dejarla en ese momento. Octavio piensa en desertar, pero su amigo Antonio habla con él y hace un llamado a su conciencia. Finalmente, la razón gana en Octavio y se pone en marcha. Giuditta encuentra empleo como bailarina en un club nocturno en Tripoli. Lleva una vida llena de excesos y se dedica a conquistar innumerables amantes. Su conquista más reciente es Lord Barrymore, que la ha conquistado con su riqueza. Octavio completa su carrera militar y rastrea a Giuditta hasta el club nocturno. Sin embargo, sus esperanzas de retomar su relación con Giuditta son vanas. Por cinco años, Octavio desea a Giuditta hasta que finalmente desiste. Octavio consigue trabajo como pianista en el bar de un hotel. Apenas gana lo suficiente para subsistir. El destino dirige a Giuditta a ese bar. Un Duque, su nuevo amante, la acompaña. De repente, su pasión por Octavio se vuelve a encender, pero su espíritu está quebrado, y no quiere tener nada que ver con ella.