Miguel Echegaray
Era de familia aragonesa y madre vasca, y nació ocasionalmente en Quintanar de la Orden, provincia de Toledo, cuando sus padres viajaban de Madrid a Murcia. Su primera obra estrenada, en el Teatro del Circo de Madrid, cuando contaba dieciséis años, fue Cara y Cruz (1864). Sin embargo interrumpió su carrera dramática para licenciarse en Filosofía y Letras y Derecho, y ejerció como abogado unos breves años y como jefe de administración civil en distintos ministerios. Desde 1864 fue secretario de su hermano cuando a éste lo nombraron ministro de Fomento y después de Hacienda; también fue diputado radical en 1873; tras la Restauración, volvió a escribir teatro, sobre todo comedias, género chico y zarzuelas, para los teatros Lara y de la Comedia, hasta alcanzar un total de 110 piezas, 21 de ellas zarzuelas. Obtuvo un sillón de la Real Academia de la Lengua el 18 de diciembre de 1913..
Miguel Echegaray era un dramaturgo muy culto y dominaba varias lenguas, entre ellas el hebreo. Su versificación es inteligente, sus temas imaginativos, poseía un fondo de crítica social y, desde luego, gozaba de una gran inspiración popular que le reportó conocer un gran éxito. Entre sus zarzuelas destacan las famosas Gigantes y Cabezudos (1898), con el trasfondo del regreso de los soldados derrotados en la Guerra hispano-estadounidense, y El dúo de La Africana, ambas con mùsica de Manuel Fernández Caballero.