Judith, impulsada por un ardiente amor, ha seguido a Barbazul a su castillo. Pide y obtiene de su amado las llaves de siete puertas misteriosas, y las abre una por una. Detrás de la primera hay una cámara de tortura, la segunda esconde un depósito de armas, la siguiente un tesoro de joyas manchadas de sangre. Detrás de la cuarta hay un enorme jardín cuya tierra está también impregnada de sangre. La quinta puerta muestra un amplio paisaje, que arroja sombras tenebrosas también teñidas de sangre. Detrás de la sexta puerta hay un lago de lágrimas. Cada llave ha sido entregada por el Duque con creciente angustia. Ante su insistencia, entrega finalmente la última llave. Detrás de la séptima puerta se descubre a las mujeres anteriores de Barbazul, a quienes deberá ahora acompañar Judith.