En este tramo aparecen por primera vez humanos y Wagner reinicia en cierta medida su historia. La música también adquiere un nuevo tono, reflejando los poderosos sentimientos que están ocupando cada vez más espacio con gran expresión y énfasis. Además de las intensas escenas de diálogo, que Wagner desarrolla con profundidad psicológica, hay sorprendentes partes instrumentales como la »Cabalgata de las Walkirias« y la »Magia del Fuego« que son, sin duda, algunos de los aspectos musicales más destacados de la tetralogía del »Anillo« y tienen un efecto abrumador. Con la partitura »Walküre«, compuesta a mediados de la década de 1850, Wagner alcanzó nuevas alturas con su música, otorgando a la orquesta notables poderes comunicativos. De este modo, se desarrollaron e incorporaron a la obra capas de significado. No sólo el dúo humano, Siegmund y Sieglinde, despiertan sentimientos de sufrimiento, sino también los seres divinos, que piensan, sienten y actúan con la misma humanidad.